miércoles, 30 de marzo de 2016

¿Qué llevo al hospital?


Es una pregunta que nos hacemos todas, seamos o no primerizas, cuando estamos embarazadas, y entramos en el tercer trimestre.

Todo depende realmente del hospital al que decidas acudir en el momento de dar a luz. Normalmente si es público, no tienes que llevar tantas cosas porque allí te dan casi todo. En cambio si es privado, tendrás que llevarte tú más cosillas... Aunque igualmente también puede haber diferencias de un hospital privado a otro.

En mi primer embarazo, no tenía seguro privado y ni me planteé hacerme ninguno, ya que tenía clarísimo que quería dar a luz en el hospital público que me correspondía, por las buenas recomendaciones que me habían dado. Así que hice las maletas teniendo en cuenta que era un hospital público.




¿Qué llevé a un hospital público? ¿Qué te dan allí y no hace falta llevar?

Primero os diré lo que me dieron en el público cuando ingresé para dar a luz: camisón, bata, compresas tocológicas, crema para los pezones (la misma que la de la marca Purelan), bodies y gorrito para el bebé, toallitas húmedas y pañales para el bebé.

Lo que yo llevé:

Para el bebé: 

- Algunas muestras de pañales (de las que conseguí en las canastillas) por si las moscas 
- Patucos/calcetines (2-3 pares)
- 2 Gorritos
- Bodies (4 aprox.)
- Pijamas (creo que 2)
- Mantita para salir del hospital
- Ropa de primera puesta para salir del hospital (en mi caso, body, pantalón, rebeca/jersey; era octubre)

Decidí llevar ropita porque no sabía si pasaría frío con sólo un body que daban en el hospital o si serían incómodos esos bodies que le ponían, y también porque prefería que sobrara y no que faltara. Manoplas no llevé porque por aquel entonces todo el mundo me las desaconsejó (matronas, ginecólogos...). Ahora me arrepiento, porque las uñas son muy finitas y largas y se dejaba la cara hecha un Cristo. También me arrepiento de no haberme llevado baberos o gasas, porque nuestro peque regurgitaba que daba gusto... ¡Errores de primeriza!



Para mí:

- Chanclas para la ducha o para andar por la habitación
- Calcetines, por si me daba frío
- Ropa para salir del hospital (de premamá y muy cómoda: leggins y camiseta ancha)
- Braguitas desechables
- Braguitas de algodón
- Compresas tocológicas* (aunque sabía que en el hospital me darían, prefería yo también llevarme por si me quedaba en un momento sin compresas y tardaban en reponer las enfermeras/auxiliares, y necesitaba cambiarme urgentemente)
- Discos de lactancia (muy necesarios, ya sea por si te sale leche o por si acabas con los pezones muy dañados y con grietas, y decides ponerte Purelan, para no manchar la ropa interior ni de sangre, leche ni de Purelan)
- 2-3 sujetadores de lactancia
- Neceser: gomillas/pinzas para el pelo, desodorante, cepillo de dientes, pasta de dientes, champú, gel, suavizante para el pelo, cepillo, peine, cacao labial, maquillaje si te va a ayudar a sentirte mejor...
- Dinero en efectivo: para parking, agua o cualquier bebida (en mi hospital público no incluían ningún tipo de bebida en las comidas y tenías que buscarte la vida), comida para tu pareja, etc.
- Documentación y papeles de todo el seguimiento del embarazo y de las pruebas realizadas, cartilla del embarazo, tarjeta sanitaria, plan de parto si tienes uno, DNI...
- Móvil y cargador
- Cámara de fotos, con batería cargada y tarjeta de memoria

{Maxicosi en el coche para la vuelta a casa}

Después de mi primer parto en la Seguridad Social y haber sido una experiencia horrible y traumática, decidí buscarme un seguro privado y tenía clarísimo que si tenía otro bebé, daría a luz por lo privado. Así que ahora que estoy de 33 semanas, estoy dejando terminadas las bolsas del hospital y esto es lo que llevaré:





Para la pequeñina (en mi hospital, sólo proporcionan un body en el paritorio para cuando justo acaba de nacer, y para el resto de días tienes que llevar tú la ropa; también dan pañales):

- 4 gorritos
- 1 par de manoplas (me hubiera gustado comprarle otro par, pero al final no he podido)
- 3 pares de patucos 
- 4 pares de calcetines (creo que me he pasado con la cantidad tanto de patucos como de calcetines, pero en mi caso mi primer hijo se los sacaba con una facilidad tremenda y los íbamos perdiendo a todas horas, así que por las dudas, llevo para que sobren)
- 4 pijamitas (no sé cuántos días estaremos ingresados... por experiencia propia, en mi primer parto íbamos a estar inicialmente 3 días, pero luego el peque acabó ingresado en neonatología; además yo no sé los vuestros, pero mi peque regurgitaba mucho, y entre la leche que echaba y los escapes de pis o caca, al final teníamos que cambiarlo a veces 2-3 veces de ropa al día; hay niños que se manchan más y otros menos...)
- 4 bodies de manga larga
- 4 bodies de manga corta (como nacería por abril o mayo, no sé qué tiempo hará... Aquí por el sur, puede hacer días de mucho calor, o días de bastante fresco o lluvia. El tiempo en primavera puede ser muy cambiante y además en el hospital no sé si tendrán la calefacción o el aire acondicionado a tope, así que llevo de los dos tipos)
- 2 conjuntos de pantalón y body
- Ropa para la salida del hospital
- Mantita
- Baberos
- Gasas tipo muselina para ponernos en el hombro o protegernos de las regurgitaciones, si las hay
- Muselina grande, para envolver al bebé si hace demasiado calor para la manta
- Varios paquetitos de muestras de pañales, por si nos hacen falta cuando nos vayamos a casa del hospital
- Toallitas húmedas
- Gasas estériles y cristalmina en spray (para curar el cordón umbilical, me han recomendado usar Cristalmina en lugar de alcohol de 70º)
- Botecito con aceite de almendras (es un truco que me han dicho para limpiar de manera más fácil el meconio; con nuestro peque nos vimos negros para limpiar bien el meconio del culito de nuestro peque, ya que es una sustancia similar al petróleo, en cuanto a apariencia y consistencia, y nos gastábamos medio paquete de toallitas intentando limpiar eso; ahora me ha recomendado la matrona que con unas gasas con aceite de almendras se va mucho más fácil; ¡así que habrá que probar!)
- Bolsa para la ropa sucia
- Chupetes (sé que no es recomendable poner chupe hasta pasado un mes, hasta que esté bien establecida la lactancia materna, pero con mi peque le metieron el chupe directamente en neonatología y nunca tuvo problemas de confusión con el pezón, el biberón -que también le dieron algún biberón cuando estuvo ingresado- y el chupete. Así que yo me los llevo por si acaso)
- Pendientes (no sé aún qué haremos... si le pondremos los pendientes directamente en el hospital, o nos esperaremos un mesecito, e iremos a una farmacia a que se los pongan allí. Por las dudas, he comprado unos pendientes, que en el hospital me han dicho que debo llevarlos yo y que sean de oro).


No se ve todo lo que hay, porque está guardado en bolsillos (y pasaba de desarmar toda la maleta): pendientes, chupetes, baberos, etc.



Para mí (sé que en mi hospital le dan todo a la mamá, incluida una bolsa de aseo, pero aún así prefiero llevar mis cosas y ser precavida):

- 2 camisones con botones en la parte delantera, por la zona del pecho, para facilitar la lactancia (los encontré en Primark)
- 1 pijama cómodo, también con botones en el pecho (también de Primark)
- 4 braguitas de algodón
- braguitas desechables (de Carrefour)
- Compresas tocológicas (Maternity, marca Indas)
- Calcetines
- Chanclas
- 2 sujetadores de lactancia (de H&M)
- Ropa para salir del hospital (similar a la que usé tras mi primer parto: leggins y camiseta ancha; comodidad ante todo, sobre todo si tienes muchos puntos o has tenido cesárea)
- Neceser: purelan, cepillo de dientes, pasta de dientes, desodorante, cepillo, peine, botecitos con champú, gel de baño y suavizante, gomillas para el pelo... (la bolsa de aseo mejor que sea plastificada o impermeable, porque en mi anterior parto se mojó en el baño y acabó todo lo que tenía dentro empapado y luego no podía dejarla metida en mi maleta, porque mojaría todo; así que he comprado un neceser muy amplio, impermeable y bastante económico en H&M)
- Discos de lactancia (tras 2 años de lactancia con el peque mayor, al final he descubierto que los discos de lactancia que me funcionan mejor son los de Suavinex; probé de otras marcas, como la de Mercadona, y todos me irritaban y me resultaban muy incómodos. Esto depende de cada mujer)
- Bolsa para la ropa sucia (algo que se me olvidó en mi primer parto)
- Secador de pelo (en mi anterior parto no quise llevarme secador de pelo porque al haber sido en hospital público, las habitaciones y el baño son compartidos y no quería estar haciendo ruido, ocupando el baño demasiado tiempo y molestando a la compañera de habitación que tuviera; en cambio en este hospital privado, tendría habitación individual con baño y no molestaré a nadie, así que lo llevaré, que odio estar con el pelo mojado).
- Básicos para tu pareja: un pijama, una muda, ropa interior, desodorante, cepillo de dientes, peine... (la primera vez no pensé en el padre de la criatura y el pobre tuvo que estar yendo y volviendo a casa -casi 1 hora en coche- para cambiarse de ropa o adecentarse)
- Efectivo: para parking, comida para tu pareja, etc.
- Documentación y papeles de todo el seguimiento del embarazo y de las pruebas realizadas, cartilla del embarazo, tarjeta del seguro privado, plan de parto si tienes uno y lo aceptan en el hospital privado, DNI...
- Móvil y cargador
- Cámara de fotos, con batería cargada y tarjeta de memoria

{Maxicosi en el coche para la vuelta a casa}
{Maletita para el hermano mayor, con ropa, pañales/ropa interior, chupes/bibes/vasitos adaptadores si son necesarios, muñeco al que tenga mucho apego, toallitas húmedas, cepillo de dientes, cepillo/peine, etc. si se va a quedar en casa de algún familiar mientras los padres están en el hospital. En nuestro caso aún no sabemos qué vamos a hacer...} 
{Llevar un regalito sorpresa al hospital de parte del bebé para el hermano mayor, para cuando vaya a conocer al bebé por primera vez, para evitar que haya muchos celos -aunque a veces son inevitables y habrá que tener mucha paciencia- y que toda la atención sea para el recién nacido, y centrar algo de atención en el que se ha convertido en hermano mayor}
{Dejar sobre la maleta una lista en papel con las cosas que se deben incluir a última hora, para que no se olviden: cargador de móvil, móviles, efectivo, documentos, etc.)

La botellita de agua siempre puede venir bien, ya sea para mí o para mi marido




  • Yo antes de mi primer parto pensaba que todas las compresas tocológicas eran igual: algodón envuelto en una redecilla. De hecho, para mi primer parto fui a comprar un paquete de compresas tocológicas y así venían. Pero en el propio hospital me dieron un paquete de compresas tocológicas, de la misma marca, peeeeero que en lugar de ser de algodón con red (que se me medio deshacían, eran un engorro, me acababa manchando la ropa, y súper incómodas porque se me pegaban a los puntos), me dieron de celulosa y me resultaron mucho más cómodas, se sujetaban mejor y no me llegaba a manchar la ropa interior con esas. Cuando fui a comprarlas esta vez, tuve que prestar atención leyendo, porque realmente el envoltorio del paquete es muy similar. Éstas son:

  •  También os dejo un par de imprimibles que he encontrado por internet por si os puede ser de ayuda a la hora de preparar las maletas para el hospital:

Imprimible 1
Imprimible 2


  •  Truco 1: como la experiencia es un grado, he aprendido de mi primer embarazo, y en lugar de dejar simplemente toda la ropita dobladita en la maleta, para este parto he decidido dejar las cosas de la cachorrilla dobladas y guardadas en pequeñas bolsas de plástico con cierre zip (no sé si se llama así). ¿Por qué? Porque cuando estás cansada y muerta de sueño será más complicado dar con lo que buscas, el bebé estará llorando, tiene la ropa manchada, y son las 3 de la mañana, al final rebuscas, dejas toda la bolsa desordenada, la ropa arrugada, tardas más en encontrar lo que buscabas, y si has dado a luz por cesárea será tu pareja la que se encargará de rebuscar en la maleta del bebé y el resultado será mucho peor. Así que he dejado toda la ropita clasificada en bolsitas: una bolsita con patucos y calcetines, otra bolsita con gorritos y manoplas (ojo, no pongáis las manoplas en la misma bolsa que los patucos, que para mi marido poca diferencia hay entre unos y otros), otra con los bodies, otra con los pijamas, otra con conjuntos, otra con la ropa para salir a la calle, otra con los baberos, otra con gasitas... Estará todo bien organizado, y se mantendrá bien doblada la ropa, no le caerá polvo, y te ayudará a mantener la maleta bien ordenada y podrás encontrar las cosas más rápidamente, tanto tú como tu pareja. Estas bolsas las venden en IKEA y supermercados como Carrefour, Lidl, Mercadona...


  • Truco 2: no sé vosotr@s, pero en mi anterior parto no quise llevar mis botes de champú y suavizante, porque eso ocupa bastante y añadía mucho peso a mi maleta del hospital. Quizás algunos habréis decidido comprar botes pequeñitos de champú, gel y suavizante que venden especialmente para viajes. Yo compré esos en Carrefour, pero si os soy sincera son bastante caros, para la cantidad de producto que viene. Así que esta vez lo que he hecho, es comprar estos botecitos en IKEA, y rellenarlos con el champú, gel, suavizante (y el aceite de almendras para la peque) que tengo en casa, y ya está. Mucho más económico (me salieron los 4 botes 2 euros, con la tarjeta IKEA Family), y cómodo para llevar al hospital.




martes, 29 de marzo de 2016

Ya estoy aquí de nuevo...


Dios mío, desde la semana 24 no actualizo el blog... y ¡¡han pasado tantas cosas desde entonces!!
Aquí sigo, embarazada, ya de casi 33 semanas (32+5 para ser exactos)... ¿pero a qué se ha debido mi desaparición durante casi dos meses?

Los que me seguís en Instagram (la única red social que he podido ir actualizando cómodamente desde el móvil), ya lo sabréis, pero para los que no, os haré un resumen "cortito" de todo lo que ha pasado en estas semanas...

Febrero fue un mes horrible en esta casa... El peque empezó la guarde la última semana de enero, y ya en febrero cayó enfermo. Primero fue el virus de Coxsackie (el popularmente llamado mano-pie-boca), que enlazó con una faringitis, otitis y conjuntivitis, que encadenó con unas anginas, y posteriormente con una bronquitis, y tras una semana de tranquilidad, volvió a coger anginas. Así estuvo el peque todo febrero y marzo, con alguna semana intercalada en la que parecía mejorar y volvía a la guarde, para coger un nuevo virus. Con tanto virus, yo empecé desde principios de febrero también con un resfriado, que se acabó evolucionando en bronquitis, y que ya para el 25 de febrero se había convertido en neumonía.

Cuando me dijeron que era neumonía en el centro médico, y me recomendaron que saliera corriendo al hospital más cercano, he de confesar que me vine abajo. Llevaba ya días y días (semanas) sintiéndome muy mal, me dolía todo el cuerpo, la tos era constante y me dolía toda la barriga, no podía dormir, me dolía el pecho al respirar... (y estuve yendo a urgencias una vez a la semana durante 3 semanas, porque realmente me iba encontrando cada vez peor, y el antibiótico que me mandaban no me hacía nada) Cuando íbamos al hospital, empecé a sentir contracciones y al ver que no paraban, empecé a controlarlas. Eran cada 3-5 minutos. Así estuve varias horas... Al atenderme en el hospital comenté lo de las contracciones, me mandaron a monitores y después me miró una ginecóloga... Efectivamente estaba teniendo demasiadas contracciones y el cuello uterino se había acortado a 21mm. Estaba cuando entonces de 28 semanas. Empezaron a darme medicación para parar la dinámica de parto, y obvimanente con la amenaza de parto prematuro y con neumonía, me ingresaron. Estuve hospitalizada una semana, entre antibióticos, paracetamol, nebulizadores, y mi querido Adalat (la misma medicina que ya me dieron en mi primer embarazo, para tener bajo control las contracciones desde que tuve la amenaza de parto prematuro). Cuando por fin la neumonía ya estaba prácticamente curada, y vieron que el cuello uterino seguía más o menos midiendo lo mismo, y habiéndome dado las dos inyecciones para la maduración pulmonar de la peque, en caso de que naciera antes de tiempo, me dieron el alta (29 semanas); no obstante, tuve que seguir tomando antibióticos unos días más, seguir tomando Adalat en casa durante varias semanas y guardar reposo absoluto. Obviamente con tanta enfermedad, ni pude hacerme la ecografía 4D con el seguro privado, ni vacunarme de la tos ferina, ni acudir a la cita con mi matrona (fue mi marido en mi lugar, para recoger los resultados de mis análisis del segundo trimestre: todo salió bien, incluida la curva de la glucosa)... 

Unos días después de darme el alta en el hospital, tuve una revisión en consulta con el internista que estuvo siguiendo mi neumonía durante mi hospitalización, y ya me dio por curada por completo de la neumonía. Igualmente en esa semana ya volví a ver a mi ginecóloga y le conté todo lo ocurrido en el mes de febrero, y me hizo una revisión de cuello uterino y de la bebé. El cuello seguía en 21mm, y la niña ya pesaba 1300kg, de 30 semanas. Ya que parecía que estaba teniendo unos días buenos, sin más virus por mi parte y menos contracciones, decidí concertar una cita con un centro especializado en ecografías 4D (dado que en mi hospital del seguro privado sólo la hacen en la semana 27, y ya estaba yo de 30 semanas, y me dijeron que ya no me la hacían), un poco lejos de donde yo vivo, pero que por 55€**, merecía la pena por todo lo que incluía el pack. Reconozco que fui un poco "in extremis", ya de 30 semanas, con la niña en posición cefálica... (siempre estuvo en posición cefálica, menos en la semana 29 que decidió ponerse de nalgas; pero en la 30, volvió a darse la vuelta y colocarse con la cabeza hacia abajo) Pero me arriesgué. Era ahora o nunca, y ya que estaba teniendo un embarazo tan malo y no lo estaba disfrutando nada, al menos quise darme ese capricho, que me hacía tantísima ilusión.


Fuimos estando yo de 30+2, y aunque allí mismo me reconocieron que iba un poco tarde para hacérmela (lo recomendable es entre la semana 26-28), tuvimos suerte y ¡pudimos ver a nuestra niña! Estaba moviéndose mucho (culpa del zumo y medio donut que me zampé en la sala de espera unos 15 minutos antes de entrar), y le gustaba taparse la cara con las manos o los pies y a veces hacía complicado verle bien la carita, pero en esos 25 minutos tuvimos tiempo y de sobra para verla con todo detalle: cómo bostezaba, las expresiones que hacía, cómo sonreía, sus piececillos, las manitas, las orejas, su naricita y mofletitos... Aunque podíamos ir acompañados de hasta 8 personas, decidimos ir sólo nosotros tres (papi, peque y mami), me pareció más íntimo, y me encantó la reacción de nuestro peque cuando vio a su hermanita en la pantalla: se sorprendió, dijo el nombre de la princesa, señaló mi barriga y le lanzó un beso.



Ahora cada dos semanas tengo cita con mi ginecóloga que me revisa la longitud del cuello (en la cita más reciente, el cuello uterino parecía incluso más larguito, 23mm), y debo seguir con la medicación hasta la semana 34-35, igual que debo seguir hasta entonces con el reposo absoluto.

Finalmente me pude poner la vacuna de la tos ferina, también apurando al máximo, en la semana 32 (ya que el internista me aconsejó esperar una semana tras la última dosis de antibióticos, pero a la semana me volví a acatarrar, así que tuve que esperar unos días más para poder ponérmela), y afortunadamente no me ha dado reacción, salvo algo de dolor en el brazo durante 2-3 días, pero totalmente soportable.

Por otro lado, ahora a las 32 semanas se me han empezado a hinchar los tobillos y pies si estoy mucho tiempo sentada sin mantener los pies en alto... Maldita retención de líquidos. Mis pies parecen gigantes y mis tobillos desaparecen, al final de cada día. La peque tiene sus horas de pataditas, que ahora sí que ya son muy fuertes y dolorosas, incluso. Su hora favorita es a las 5 de la mañana... ¡la gracia que me hace! Desde esa hora ya no consigo conciliar el sueño, así que me paso el día cansada.

En cuanto a preparativos para la inminente llegada de la pequeñina (menos de 2 meses que quedan, y a saber si decide adelantarse mucho...), tengo algunas cosas ya hechas: ropita lavada y guardada, su bolsa del hospital preparada, maxicosi listo con su funda lavada, y la habitación a medias... Esto de la habitación es lo que me tiene algo más agobiada, porque es mucho trabajo el que conlleva y sólo puede ir haciendo las cosas mi marido los fines de semana, durante las siestas del peque, porque de otro modo, el peque la acaba liando parda. De momento, sólo están las paredes pintadas, el nuevo suelo instalado, y un mueble pintado. Aún queda por instalar las cortinas, terminar algunos detalles del suelo, limpiar a fondo la habitación, montar la cuna, dejarla lista con sus sábanas, montar el cochecito... Y por otro lado también quiero dejar lista ya mi maleta para el hospital  (la tengo a medias) y una mochila con ropa, mudas y algunos productos básicos para mi marido, para cuando llegue la hora de ir al hospital.

Ahora crucemos los dedos para que los virus se vayan ya definitivamente (la semana pasada, el peque volvió a enfermar por culpa de la salida de las dos últimas muelas, que le provocaron tal inflamación por la zona de anginas y oído, que acabó en infección, y ha estado con anginas y otitis y las encías que daban pena, rajadas y en carne viva), venga el buen tiempo, y la pequeñina y yo aguantemos unas semanitas sin sustos ni imprevistos... No es mucho pedir, ¿no?






** Realmente recomiendo hacer la eco 4d, aunque se trate solo de un capricho, pero es una experiencia única y emocionante, el poder poner cara a tu bebé, e ir viendo sus rasgos y forma de ser dentro del útero, que ayuda sobre todo al padre y hermanos a sentir aún más apego y ver cómo algo más real el bebé que en unos meses pasará a ser un nuevo miembro de la familia. Nosotros la hicimos con CIMA4D, un centro especializado en ecografía emocional 4D, no diagnóstica, elegimos un pack que tenían en oferta por 55€ que incluía sesión de ecografía de 25 minutos, una selección de las mejores fotos impresas, una canastilla de Mi Bebé y Yo, acceso de las fotos desde el móvil u ordenador, pendrive con todas las fotos y vídeo de la sesión, y si no se dejaba ver se podía volver otro día sin coste alguno. Así que buscad y rebuscad, que si tenéis presupuesto ajustado como nosotros, pero no queréis perder la oportunidad de haceros una eco 4D, seguro que encontráis alguna oferta buena por internet o en algún centro especializado cercano.